martes, 3 de septiembre de 2013
jueves, 2 de mayo de 2013
domingo, 21 de abril de 2013
CULTURA AYMARA
La presencia humana en el Norte de Chile se
remonta a unos 10.000 años A.C, según las evidencias arqueológicas. Cazadores y
recolectores nómades provenientes del Altiplano Central recorrían las pampas
nortinas, en busca de alimento y de cobijo.
Las primeras
experiencias de agricultura se desarrollaron en la quebrada de Tarapacá y
trajeron consigo los comienzos del asentamiento humano en la zona.
Los aymara pasaron a formar parte del " Tawantisuyu " (las cuatro partes unidas), Estado gobernado por los Incas (véase Inca) . Este se dividía en cuatro partes o regiones: Antisuyu, Kuntisuyu, Chinchasuyu y Kullasuyu. Los aymara formaban parte de esta última.
La unidad básica de
la sociedad del Tawantisuyu era el Ayllu, comunidad doméstica que permitía el
autosustento de las familias que la formaban.
SOCIEDAD
ORGANIZACION SOCIAL
Existía además una
división de la sociedad en dos mitades:
araxaya, que correspondía a la mitad de arriba, y manqhasaya, que
correspondía a la mitad de abajo. Cada una tenía su propio gobierno con su
propia división administrativa y sus autoridades respectivas. Dentro de esta sociedad existía también una
jerarquización de acuerdo a la labor productiva que realizaban los individuos.
COSMOVISION
La cosmovisión
aymara se articula sobre tres elementos que están íntimamente relacionados con
el entorno ecológico y que determinan y fundamentan su religiosidad. Estos
elementos son: Mallcu, la
Pachamama y Amaru.
Mallcu, que significa cumbres,
es uno de los elementos de la cosmovisión aymara. Está representada en lo alto
de la cordillera, que es el lugar donde se rinde culto. El animal que lo
representa es el cóndor.
Amaru; se representa en los ríos
y canales. Está relacionado con la distribución del agua y con la vida que se
genera en la precordillera a los 2000 o 3000 metros sobre el
nivel del mar. Sus animales son la serpiente y el pez.
Para los aymara, el principal elemento de su cosmovisión y religiosidad es
lunes, 1 de abril de 2013
LAS CUALIDADES DEL SONIDO
Las cualidades del sonido son:
La duración. Esta cualidad está relacionada con el tiempo de vibración del objeto. Por ejemplo, podemos escuchar sonidos largos, cortos, muy cortos, etc..
La Intensidad es la cantidad de energía acústica que contiene un sonido. La intensidad viene determinada por la potencia, que a su vez está determinada por la amplitud y nos permite distinguir si el sonido es fuerte o débil. Los sonidos que percibimos deben superar el umbral auditivo (0 dB) y no llegar al umbral de dolor (140 dB). Esta cualidad la medimos con el sonómetro y los resultados se expresan en decibelios (dB).
El Tono o Altura viene determinado por la frecuencia fundamental de las ondas sonoras (es lo que permite distinguir entre sonidos graves, agudos o medios) medida en ciclos por segundo o Hercios (Hz). Para que podamos percibir los humanos un sonido, éste debe estar comprendido en la franja de 20 y 20.000 Hz. Por debajo tenemos los infrasonidos y por encima los ultrasonidos. A esto se le denomina rango de frecuencia audible. Cuanto más edad se tiene, este rango va reduciéndose tanto en graves como en agudos.
El Timbre es la cualidad que confiere al sonido los armónicos que acompañan a la frecuencia fundamental. Esta cualidad es la que permite distinguir dos sonidos, por ejemplo, entre la misma nota (tono) con igual intensidad producida por dos instrumentos musicales distintos.
Como se produce un sonido
El sonido se produce por la vibración de las particulas. La frecuencia de vibración se mide en Hercios. El rango de audición humano es de 20 a 20.000 Hz.
Velocidad del sonido
El sonido tiene una velocidad de 343 m/s en el aire a 20ºC , pero varía con la temperatura. En cambio depende muy poco de la presión del aire.
La velocidad depende del tipo de material, cuando el sonido se desplaza en los sólidos en los que tiene mayor velocidad que en los líquidos, y en los líquidos es más veloz que en los gases. Esto se debe a que las partículas en los sólidos están más cercanas.
No es necesario que la fuente en movimiento emita sonido para que produzca una onda de choque. Una vez que un objeto se mueve con más rapidez que el sonido, produce sonido.
domingo, 31 de marzo de 2013
CUESTIONARIO MÚSICA POPULAR CHILENA
1.- ¿Cuál es la característica central de la historia de la
música popular urbana?
2.- ¿Cómo surgió la música popular urbana?
3.- Nombra las
corrientes de música popular de raíz folklórica que nacieron a partir de 1927.
4.- ¿Qué impulso en Chile, el desarrollo de la Evocación del
folklore?
5.- ¿De qué manera llegó a la ciudad el folklore campesino,
a partir del siglo XX?
6.- ¿Qué hecho consolidó la presencia de la música de raíz
folklórica en el medio urbano nacional?
7.- Nombra los primeros grupos universitarios que nacieron junto
a la música popular de raíz folklórica.
8.- ¿Cuál fué el género musical desarrollado por estos
grupos?
9.- Describe cómo eran las voces de estos grupos. (grupos universitarios)
10.- nombra los principales exponentes de la Música Típica,
desde los años sesenta.
11.- En la proyección del folklore, ¿Cómo se describe la
música folklórica chilena?
12.- ¿Qué importancia tiene la fundación de la Sociedad de
folklore chileno? Nombra a sus principales investigadores.
13.- ¿Qué importancia tiene la creación del Instituto de
Investigaciones del folklore musical?
14.- Describe lo más destacado del trabajo de Violeta Parra.
15.- Describe lo más destacado del trabajo de Margot Loyola.
16.- Describe el trabajo de grupos musicales posteriores al
grupo Cuncumen.
PROYECCIÓN DEL FOLKLORE CHILENO
PROYECCIÓN DEL FOLKLORE.
La creación en 1943 del Instituto de Investigaciones del folklore Musical, integrado a la Universidad de Chile, ayudo a consolidar los esfuerzos individuales en la investigación folklórica. El Instituto propició el trabajo de campo, la enseñanza, grabación, publicación y difusión de la música folklórica, y creo un archivo y una biblioteca especializada. Al mismo tiempo, las folkloristas Violeta Parra (1917 – 1967), Margot Loyola (1918) y Gabriela Pizarro (1932), y los grupos Cuncumén (1955) y Millaray (1958), realizaron durante los años cincuenta y sesenta una importante labor de recolección folklórica; proyectando al medio masivo repertorio tradicional chileno, contribuyendo a formar nuevos folkloristas, educando al público, e influyendo en los propios músicos populares.
Violeta Parra comenzó a recopilar folklore en forma sistemática en 1953, recorriendo campos y pueblos del país, y entablando amistad con poetas populares y cantoras campesinas. De ellos aprendió un repertorio con el que desarrolló su labor de proyección en Chile y Europa, y que influyó poderosamente en su estilo poético musical. Sus textos se refieren a usos, costumbres y leyendas tradicionales, y siguen procedimientos poéticos propios de la tradición, destacándose el uso de la décima.
Margot Loyola, por otra parte, puso su aprendizaje musical académico al servicio de la recopilación y proyección folklórica, reconstruyendo y proyectando una vasta gama de estilos interpretativos tradicionales. Junto con realizar grabaciones y giras nacionales e internacionales, desarrolló desde 1949 una fructífera labor de enseñanza del folklore. De sus cursos dictados en la Escuela de Temporada de la Universidad de Chile, surgió el núcleo fundador del conjunto Cuncumén (1955), dirigido por Rolando Alarcón hasta 1962, y considerado el primer conjunto chileno de proyección folklórica.
Al comienzo los integrantes del Cuncumén interpretaban repertorio entregado por Margot Loyola y Matilde Baeza, pero luego iniciaron su propia labor de recolección y proyección del canto, la danza y las costumbres tradicionales de la región central del país.
El canto y baile colectivo del repertorio folklórico chileno también era practicado por grupos vinculados a la industria musical de la época, como el conjunto Villa San Bernardo (1956), dirigido por Donato Román Heitmann, estaba formado por 30 voces acompañadas por guitarras, arpa, contrabajo y piano. El coro de la Universidad de Chile, dirigido por Mario Baeza, tenía desde 1957 un conjunto de raíz folklórica en su elenco, y difundía por el país versiones corales de canciones folklóricas chilenas.
La recolección, investigación y proyección folklórica permitió difundir masivamente en Chile música, danzas y costumbres vigentes y extinguidas de las diversas etnias y regiones del país, ampliando el conocimiento e interés del chileno por sus propias tradiciones. La Proyección folklórica repercutió de inmediato en la MPC, otorgándole al músico urbano nueva “materia prima” folklórica desde la cual desarrollar una propuesta musical popular, moderna y con raíces.
La creación en 1943 del Instituto de Investigaciones del folklore Musical, integrado a la Universidad de Chile, ayudo a consolidar los esfuerzos individuales en la investigación folklórica. El Instituto propició el trabajo de campo, la enseñanza, grabación, publicación y difusión de la música folklórica, y creo un archivo y una biblioteca especializada. Al mismo tiempo, las folkloristas Violeta Parra (1917 – 1967), Margot Loyola (1918) y Gabriela Pizarro (1932), y los grupos Cuncumén (1955) y Millaray (1958), realizaron durante los años cincuenta y sesenta una importante labor de recolección folklórica; proyectando al medio masivo repertorio tradicional chileno, contribuyendo a formar nuevos folkloristas, educando al público, e influyendo en los propios músicos populares.
Violeta Parra comenzó a recopilar folklore en forma sistemática en 1953, recorriendo campos y pueblos del país, y entablando amistad con poetas populares y cantoras campesinas. De ellos aprendió un repertorio con el que desarrolló su labor de proyección en Chile y Europa, y que influyó poderosamente en su estilo poético musical. Sus textos se refieren a usos, costumbres y leyendas tradicionales, y siguen procedimientos poéticos propios de la tradición, destacándose el uso de la décima.
Margot Loyola, por otra parte, puso su aprendizaje musical académico al servicio de la recopilación y proyección folklórica, reconstruyendo y proyectando una vasta gama de estilos interpretativos tradicionales. Junto con realizar grabaciones y giras nacionales e internacionales, desarrolló desde 1949 una fructífera labor de enseñanza del folklore. De sus cursos dictados en la Escuela de Temporada de la Universidad de Chile, surgió el núcleo fundador del conjunto Cuncumén (1955), dirigido por Rolando Alarcón hasta 1962, y considerado el primer conjunto chileno de proyección folklórica.
Al comienzo los integrantes del Cuncumén interpretaban repertorio entregado por Margot Loyola y Matilde Baeza, pero luego iniciaron su propia labor de recolección y proyección del canto, la danza y las costumbres tradicionales de la región central del país.
El canto y baile colectivo del repertorio folklórico chileno también era practicado por grupos vinculados a la industria musical de la época, como el conjunto Villa San Bernardo (1956), dirigido por Donato Román Heitmann, estaba formado por 30 voces acompañadas por guitarras, arpa, contrabajo y piano. El coro de la Universidad de Chile, dirigido por Mario Baeza, tenía desde 1957 un conjunto de raíz folklórica en su elenco, y difundía por el país versiones corales de canciones folklóricas chilenas.
La recolección, investigación y proyección folklórica permitió difundir masivamente en Chile música, danzas y costumbres vigentes y extinguidas de las diversas etnias y regiones del país, ampliando el conocimiento e interés del chileno por sus propias tradiciones. La Proyección folklórica repercutió de inmediato en la MPC, otorgándole al músico urbano nueva “materia prima” folklórica desde la cual desarrollar una propuesta musical popular, moderna y con raíces.
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